ANTIMONITA



El principal mineral del que se extrae el antimonio para la producción de perdigones de caza, aleaciones metálicas especiales y pólvora para fuegos artificiales es la antimonita, cuyos cristales son apreciados por los coleccionistas.

La antimonita se conocía en el pasado con otros dos nombres, estibina y estibnita, que derivan del griego antiguo stimmi y del latín stibium, dos palabras que indicaban los metales; el aspecto metálico, precisamente, hizo asignar estos nombres a la antimonita.

Antiguamente, la antimonita se consideraba un mineral "cosmético". De hecho, se obtenían productos de belleza a partir de sustancias naturales (ocre, púrpura, pastas obtenidas de la elaboración de minerales). Los romanos obtenían de la antimonita un polvo negro para maquillarse los ojos. Además de sus usos en cosmética, la antimonita se empleaba también en farmacología. En la Edad Media y el Renacimiento, el antimonio obtenido de la antimonita era uno de los metales más empleados por los alquimistas.

 

- ASPECTO GENERAL DE LA ANTIMONITA -

La antimonita es un sulfuro que se halla tanto en masas compactas como en cristales solos o agregados. Su hábito es normalmente prismático, acicular, pero también hay ejemplares maclados. 

Son frecuentes los cristales plegados, retorcidos o que presenta estrías verticales. El color de los cristales de antimonita es siempre un gris plomizo metálico con reflejos a veces iridiscentes o azulados cuando presenta finas pátinas de alteración.

 


- PROPIEDADES FISICOQUÍMICAS DE LA ANTIMONITA -

La antimonita es un mineral pesado, blando y perfectamente exfoliable según la dirección de alargamiento de los cristales. Los cristales de antimonita se fracturan fácilmente y se pueden cortar "en rebanadas" fácilmente con una cuchilla siguiendo los planos perpendiculares al alargamiento. Pueden doblarse, pero no son elásticos; eso significa que si un cristal se deforma, el cambio será permanente. La antimonita es un mineral opaco, es decir, que no deja pasar la luz.

Funde con la llama de una cerilla o de una vela; su temperatura de fusión es de

525 ºC, que equivale al primer nivel de la escala Kobell. Reducida a polvo, la antimonita es atacada fácilmente por el ácido clorhídrico. En la naturaleza, cuando se altera por obra de agentes externos, se transforma a menudo en kermesita, un hermoso mineral que forma patinas de alteración de color rojizo.

 

- FORMACIÓN Y ASOCIACIONES DE LA ANTIMONITA - 

La antimonita se forma en filones hidrotermales de baja temperatura (entre 50 y 200 ºC) y en depósitos químicos asociados a fuentes hidrotermales.

En raras ocasiones deriva de fenómenos de recristalización y transformación química y mineralógica de rocas calizas.

Las asociaciones más comunes son con otros minerales metálicos como el plomo y plata o con cuarzo, arsenopirita, oro y cinabrio.

 


- DÓNDE BUSCAR Y CÓMO RECONOCER LA ANTIMONITA -

En España se puede encontrar antimonita en muchos filones, pero las minas más importantes son las de Almuradiel y Santa Cruz de Mudela, en Ciudad Real; se han hallado bellísimos cristales en Herrera del Duque, en la provincia de Badajoz, en la Mina Santa Teresa (León) junto a Valentinita y en la Mina Nerón (Huelva). 

Los mejores cristales proceden de Japón (Shikoku), Estados Unidos (Nevada y California), Rumanía, China, México y Malasia. 

La antimonita puede confundirse con la bismutinita, pero esta última es mucho más pesada, no funde tan fácilmente y presenta una coloración que tiende a veces al blanco amarillento.