GNEIS



El gneis es una roca metamórfica muy empleada en la construcción por la facilidad con que se divide en planchas y su resistencia a los agentes atmosféricos; los gneises se utilizan tanto en bruto como pulidos para pavimentaciones, cubierta de tejados y revestimientos.

Gracias a su aspecto abigarrado, debido a la alternancia de bandas claras (formadas por cuarzo y feldespatos) y oscuras (micas, anfíboles, piroxenos), a veces alternándose también con bandas de colores diversos (rojiza por la presencia de concentraciones de granates, verdes a causa de las cloritas), y a la facilidad con que se tallan (en planchas de espesor considerable) y se pulen, los gneises son una de las piedras mas utilizadas en la construcción. Se cortan por lo general de manera que resalten las bandas, las amígdalas y los "ojos" blanquecinos formados por feldespatos y micas, para ser utilizados como revestimiento de fachadas o pavimentación de interiores. En los Alpes, donde abundan estas rocas, se suelen emplear en los tejados de las casas en lugar de tejas.

 

- ASPECTO GENERAL DEL GNEIS - 

El gneis es una roca metamórfica regional, de un color que varía del gris plateado claro al gris plomo o verdoso oscuro; la textura típicamente granoblástica en este tipo de roca (es decir, constituida esencialmente por minerales granulares), puede pasar a porfidoblástica y pexiloblástica (con grandes individuos cristalinos que destacan por sus dimensiones del resto de los componentes) en el gneis ocelar. Otros tipos de estructura determinan distintos tipos de gneises. La estructura nematoblástica (caracterizada por la presencia en la roca de minerales prismáticos orientados en la misma dirección) constituye los llamados gneises bandeados o plegados.

Desde el punto de vista de la macroestructura (el aspecto más evidente de la roca), la esquistosidad está muy acentuada sólo en los gneises especialmente ricos en micas y con un grano diminuto (que se denominan, por este motivo, gneises diminutos), por la frecuente presencia de bandas lepidoblásticas, es decir, constituidas por niveles micáceos. 

 

- MINERALES PRINCIPALES Y SECUNDARIOS DEL GNEIS -

Los componentes principales de esta roca, en orden de abundancia, son feldespatos (microclina, microclina pertítica, albita y plagioclasa de diversa composición), mica de tipo moscovítico, biotítico o gengítico; los componentes accesorios (contenidos en cantidades tan pequeñas que no caracteriza la roca) son epidota, apatito, turmalina, pirita, magnetita, hematites, ilmenita, circón y Monacita; los componentes accidentales (que, como su nombre indica, se encuentran accidentalmente y no están siempre presentes) son cuarzo, clorita, cianita, sillimanita, andalucita, cordierita, almandino, hornblenda, augita y otras especie mineralógicas.

Los minerales secundarios de los gneises, que derivan de la alteración de los componentes principales, son habitualmente cloritas, Sericita, muchos minerales denominados "de las arcillas", óxidos e hidróxidos de hierro.

 


- PROPIEDADES FISICOQUÍMICAS DEL GNEIS - 

El gneis es una roca metamórfica de quimismo siático, que varía de arenoso a pelítico arenoso. Este tipo de roca deriva de las rocas sedimentarias areníferas puras preexistentes (llamadas arcosas), de areniscas impuras (areniscas arcillosas, grauvacas) o de rocas de tipo granítico.

En el primer caso (es decir, cuando el gneis deriva de rocas sedimentarias), se denomina paragnéis; en el segundo (gneis derivado de rocas graníticas y, por tanto, magmáticas), recibe el nombre de ortognéis

En general, los gneises derivados de arcosas y de rocas graníticas son de un color claro, similar al de la roca de partida y debido al tipo de minerales que la constituyen; en cambio, los que derivan de grauvacas o de rocas de tipo tonalítico, de por sí oscuras, presentan una coloración gris oscura o verdosa. 

 

- FORMACIÓN DEL GNEIS -

El gneis es una roca metamórfica de grado medio-alto, comprendiendo entre la facies de las anfibolitas y de las migmatitas. Sin embargo, se trata de una roca difundida, que presenta también algunos ejemplos de gneis de grado metamórfico bajo, que constituyen el grupo de los llamados gneises albíticos. Muchos de los llamados gneises de origen sedimentario (el paragnéis ya mencionado) se han formado en metamorfismo de los esquistos. Este proceso de metamorfismo rocoso está ligado esencialmente a fenómenos caracterizados por una elevación de la temperatura y de la presión. 

Son consecuencia de estos cambios del ambiente que circunda las rocas, la deshidratación de la moscovita y la transformación de la misma en feldespatos y otros silicatos de aluminio.

Así pues, estas rocas representan una fase avanzada en el metamorfismo de las rocas arcillosas, fase que precede al inicio de la refusión o anatexia que da origen a las migmatitas. Por este motivo, se dice que el grado metamórfico de estas rocas es alto. Los ortogneises, derivados del metamorfismo de rocas graníticas, granodioríticas y tonalíticas, pueden mostrar estructuras típicas de los gneises, pero que los petrógrafos denominan restita, es decir, que quedan de la roca madre después del acontecimiento metamórfico; en este caso, la estructura no indica necesariamente un grado metamórfico muy elevado.

 


- DÓNDE BUSCAR Y CÓMO RECONOCER EL GNEIS -

Son bastante conocidos los llamados gneises blastomiloníticos de la península Ibérica, cuya característica principal es el grano fino de la mayoría de los componentes, con excepción de algunos blastos centimétricos.

En España, muchos de los gneises son anteriores a la orogénesis herciniana, como los del oeste de Galicia, pero algunos parecen ser posteriores a ella; presentan una gama de texturas que van de blastomiloníticas a ocelares.

En la zona central de la península afloran gneises hercinianos en las provincias de Toledo, Badajoz y Salamanca. En las cordilleras de los Pirineos y en las Béticas los gneises son tardohercinianos y por lo tanto fueron afectados por la orogénesis alpina; conforman macizos famosos como el del Canigó o el de Nuria.

El resto del mundo, abundan también las áreas geográficas dominadas por la presencia de rocas pertenecientes al grupo de los gneises.

Grandes extensiones de gneis afloran en Escandinavia, Canadá, Brasil y Australia, donde estas rocas constituyen a menudo fases intermedias entre migmatitas y granitos de anatexia. En los Vosgos (Francia) y en la Selva Negra (Alemania) abundan los denominados gneises biotíticos ricos en granate y cordierita (Kinzigitas).

Los ortogneises afloran en Escocia, Japón y en los Montes Adirondaks (Estados Unidos); en Europa, se encuentran en los Alpes, tanto suizos como italianos, y suelen ser producto del metamorfismo alpino (ortognéis); asimismo se hallan gneises ocelares, como por ejemplo, los de los macizos del Mont Blanc, en Monte Rosa o en Monte Leone; también se dan en Portugal.

Como se ve, se trata de un tipo de roca muy bien representado en todo el planeta y recurrente en paisajes incluso muy distantes entre sí.

El gneis, al tener un aspecto muy característico, es una roca bastante fácil de reconocer a gran escala, en paredes rocosas y sobre el terreno. Se diferencia del micaesquisto, que se le parece a veces, por la composición mineralógica (el micaesquisto contiene mucho mas cuarzo y menos feldespato que el gneis) y también por el tipo de fractura. De hecho, el micaesquisto, debido a su mayor esquistosidad, se fractura fácilmente en láminas delgadas, mientras que el gneis se fractura con dificultad en planchas más gruesas.